Hace más de seis décadas atrás, vio la luz el primer Countryman de MINI, una respuesta para quienes pensaban -en ese entonces- que la marca solo se dedicada a construir autos pequeños.

El MINI Countryman fue diseñado originalmente para un uso familiar, pero sin alejarse de los rasgos característicos de la marca en ese entonces, como la tracción delantera, el motor transversal, las tres puertas o el diseño frontal. Pero Incluía también las terminaciones en madera típicas en los modelos familiares en de la época, lo que le valió el sobrenombre de “Woody”, derivado de la palabra wood (que significa madera en inglés).

Así, el Austin Seven Countryman de MINI fue un vehículo revolucionario para la industria automotriz de la época. Cuando fue lanzado, ofrecía 34 CV con su motor de 848 cc.

A partir de 1967, dichas cifras crecieron hasta 38 CV y 998 cc, suficientes para un vehículo cuyo peso en vacío era de solamente 674 kg y su longitud era de 3.30 metros. La producción de este familiar compacto terminó en 1969 con unas 207 mil unidades y su sucesor fue el MINI Clubman Estate, que presentaba un nuevo aspecto de corte ligeramente cuadrado.

Pero la historia no terminaría ahí. Ya en manos de BMW Group, el MINI Countryman reapareció en 2010 con un renovado y moderno aspecto, y hasta la fecha sigue reinventándose. Si bien las nuevas generaciones cuentan con una personalidad única, no solo abiertos al uso familiar sino a todo tipo de aventuras y con funcionalidades cada vez más digitales, no dejan de lucir rasgos del primer modelo y los distintivos clásicos de la marca MINI.

El MINI Countryman actualmente representa cerca del 30% de los registros recientes de la marca a nivel mundial. Con ello, se busca seguir renovando el modelo de la mano sin descuidar la eficiencia, funcionalidad y comodidad para asegurar la mejor experiencia de los clientes MINI y logrando conservar la tradición del SAV de la familia MINI posicionándose dentro del segmento Premium al igual que otros modelos del portafolio.