Lucho Alayza presente en la 2da Fecha del Inca Series


Las carreras de Cross Country significan “campo traviesa”, es decir, el escenario es abierto y uno puede ir por donde quiera (o pueda). Sin embargo, la gracia de esta disciplina es pasar por los waypoints (WP) o puntos de paso previamente programados por la organización, pero nosotros no sabemos dónde están.

Los WPs definen la ruta de carrera, suelen ser bastantes (pueden ser 100 en una ruta de 300 kms) y debemos validar nuestro paso a unos pocos metros de la ubicación exacta. Evitar un WP puede penalizarnos con mucho tiempo en contra, por eso no debemos tomarlo a la ligera.

La organización nos entrega un equipo GPS que graba todo nuestro recorrido y valida automáticamente nuestro paso por cada WP. También nos muestra la distancia recorrida, rumbo y otras informaciones menores.

Ahora, ¿cómo sabemos a dónde ir? No tenemos un Waze o un mapa. La organización nos entrega un libro de ruta con distancias y rumbos, no las coordenadas. El rumbo son los grados que define la brújula (360°). Por ejemplo, si la referencia dice 2.50 con 45°, significa que desde nuestra ubicación debemos tomar rumbo 45° (al noreste) durante 2.5 kilómetros. El libro también indica si allá habrá un waypoint, o solamente un cambio de rumbo.

Es ahí donde se complica la navegación y es el encanto que tiene este deporte. Debemos ser precisos en cada kilómetro que avanzamos porque en el medio hay dunas, ríos, pampas y cuanto obstáculo natural podamos imaginar, lo que suele desviarnos de nuestro rumbo involuntariamente.

Este fin de semana tenemos la segunda prueba del año en el mediano pero complejo desierto de Paracas. Seremos 33 equipos surcando las dunas para hacer el menor tiempo.

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