Por primera vez en sus 41 años de historia, el Rally Dakar se disputaba en un solo país. La gran aventura se presentaba en Perú y, a pesar de contar con solamente diez etapas y un recorrido corto en comparación a otras ediciones, las tripulaciones se encargaron de resaltar la dificultad de la competencia en suelo sudamericano con muchas dunas y arena.
Gerard de Rooy regresaba al Dakar después de un año de ausencia y, junto con el Petronas Team De Rooy IVECO, formó a un gran equipo para lograr el objetivo de arribar al final con los cuatro camiones. El piloto holandés, que ganó la séptima especial, culminó en el tercer lugar a poco más de una hora y media de la punta tras varios inconvenientes sufridos en las etapas número tres y cuatro mientras peleaba la punta de la competencia.

El argentino Federico Villagra venía de un abandono a muy poco del final en 2018 y buscaba revancha en Perú. Tuvo un Dakar muy bueno y parejo, y de no haber sido por los problemas en el escape de su Powerstar, podría haber peleado por las primeras posiciones hasta el cierre de la carrera. De todas formas, el camión #505 finalizó en el cuarto lugar de la clasificación general.
Ton van Genugten, otro experimentado dentro del Petronas Team De Rooy IVECO, fue el piloto que más victorias le brindó a la marca en esta edición, con dos triunfos en las Etapas 5 y 10. Lamentablemente, la segunda, cuarta y sexta especial no fueron buenas para el holandés, pero así y todo pudo mantener su colocación dentro del Top 10, en el séptimo puesto.
Por último, Maurik van den Heuvel, la más reciente incorporación al equipo, realizó muy buenos parciales a lo largo de la competencia, entre ellos dos Top 5. Tras más de 5.000 kilómetros, el holandés quedó ubicado en el décimo puesto, con vuelco incluido en la octava etapa.
