Acaba el primer Dakar para la única peruana en la categoría de motos, Gianna Velarde, quien quedó fuera luego de una demoledora etapa 3 y una etapa 2 que la dejaron muy golpeada, y no por los moretones que pintan su cuerpo, sino por la impotencia de quien estaba lista para la carrera, pero su moto no.

“Partí súper bien en la etapa 2, manejé y navegué súper bien, la arena es lo mío, pero en el km 100 me caigo, y a la hora de levantar la moto el timón no giraba, aún así, seguí, y en una parte del fesh fesh se clavó el timón y me fui de cara, pero me levanté y seguí. Se malogró el ventilador, me quedé sin embrague un rato, sin freno delantero, se rompió el roadbook, pero llegué a Marcona, tarde, pero llegué”, comentó la piloto.

 Durante la etapa 3, continuaron las complicaciones, por ello el ritmo fue alternar entre caídas, arreglos mecánicos y descansos, estos últimos sobre todo para la máquina que se recalentaba, sin embargo, la dirección de la moto persistía trabándose. A pocos kilómetros de la llegada del ultimo control de paso se apagó la moto, logró arreglar el desperfecto, pero ya era muy tarde.

“Me he esforzado un montón para llegar aquí, y todas las veces que me he caído me he levantado, no he tenido problemas físicos, ni de manejo, ni de navegación, han sido desperfectos de la moto, y como dije, en la vida no hay puntos medios ni siquiera en las adversidades”.

Dicen que el hombre que se levanta es aún más fuerte que el que no ha caído, y después de tantas caídas, como toda luchadora Gianna Velarde continúa en carrera, la más importante de todas, su vida, con el objetivo claro de acabar lo que ha empezado y volver, que este ha sido, solo, su primer Dakar.