“Mi primer Caminos del Inca fue en 1978, hace 40 años. He querido participar en esta edición para cederle a mi hijo el timón en Cusco y retirarme de los rallies. Espero que Ricardito empiece con su cosecha personal en esta histórica competencia. En Estados Unidos tenemos un par de autos y quizás por allá una pichanguita con mi hijo en fechas de largo aliento. En definitiva, cuelgo los chimpunes.”
“El año que ganamos fue realmente espectacular. Un excelente trabajo en conjunto de Ricardo Alayza y yo. Linda carrera, linda experiencia, pero una gran labor de los dos. El auto (Toyota Célica) lo tengo. Tardé cuatro años en armar su motor tal y cual es original. Me falta un par detalles como en la máscara. Caminos del Inca cambió mucho. Las pistas mejores, las nuevas técnicas y avances en la industria automotriz, en fin, los tiempos que se marcan ahora hablan por sí solos.”
“En el año que ganamos, si no tenías un auto resistente para todo terreno, simplemente a la mitad de la carrera se partía. Otra cosa, antes tenías que subir a carburar, poner chicleres en cada sitio y ahora simplemente lo colocas en un dinamómetro. Que quede claro también que no buscaré postular a ningún cargo de dirigente. Mi retiro es una decisión ya tomada y le daremos a los jóvenes la posta,” sentenció.
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